jueves, 28 de junio de 2007


Construcción de pirámides y un poco de religión

La religión constituía un aspecto fundamental en la vida de los egipcios, y su significación se prolongaba incluso después de la muerte. De aquí el culto sumamente especial y fervoroso que rendían a los muertos. Este pueblo creía fuertemente que, después de morir, el alma del hombre viviría feliz solo si se daba un tratamiento especial al cadáver para preservarlo de la corrupción. De esta manera perfeccionaron el proceso de conversión llamado embalsamiento, por el cual convertían los cadáveres en momias que colocaban en sarcófagos. Estos se decoraban con mayor o menor suntuosidad, dependiendo de la jerarquía social del muerto.

En la tumba se depositaban diversos objetos que, se creía, el difunto podría necesitar o echar de menos en la otra vida. Aves y gatos, entre otros animales, eran también embalsamados para servir de compañía a los hombres en su viaje al otro mundo. No podía faltar la inclusión de un papiro en las que se consagraban las virtudes y buenas obras del difunto, con la finalidad de que fuera juzgado indulgentemente por Osiris, el dios de la otra vida, en el tribunal de los muertos.

Las pirámides constituían las tumbas más fastuosas e imponentes, pues en ellas se daba sepultura a faraones. Las más importantes son las de Keops, Kefrén y Micerino, a orillas del río Nilo.

La edificación de estas construcciones ha sido objeto de admiración de todas las generaciones posteriores. Consideradas como una de las siete maravillas del mundo antiguo (donde también se encuentran en competencia nuestros moais de Isla de Pascua), representan una obra de ingienería que aun hoy constituiría un reto tratar de igualar. Fueron erigidas a impulsos de un sentimiento religioso sumamente intenso, así como a los de trabajo forzado de millares de esclavos.

La religión egipcia atravesó por diversas etapas y vicisitudes. Recorrió el largo camino que va desde el politeísmo hasta una especie de monoteísmo con resabios filosóficos. Los dioses principales de la religión politeísta (unos 700 años aproximadamente) fueron Amón-Ra, Osiris, Horus e Isis. Por lo común, se representaba a las deidades con figuras de animales, para simbolizar con ellos su diversidad de funciones y atributos.

Durante el siglo XIV a. C. el faraón Amenofis IV repudio la adoración de varios dioses e implanto el culto a una sola divinidad, Atón, el disco solar. Amenofis adoptó el nombre de Akenatón (“el que agrada a Atón”) e hizo borrar de todos los monumentos los nombres de los dioses adorados por los egipcios. Sin embargo, a la muerte de Akenatón se instituyó el antiguo politeísmo. Debido principalmente a los intereses de la clase sacerdotal cuyas prerrogativas habían sufrido un duro descalabro con la reforma monoteísta del culto a Atón

De todos los monumentos de piedra conocidos en el mundo, son las pirámides las que han causado desde siempre la mayor admiración e interés, en especial la atribuida al faraón Keops, que suele recibir el nombre de gran Pirámide. Pero así como se han dedicado a estas construcciones elogios de toda clase, tampoco han faltado los personajes, de todos los tiempos, que han querido ver en ellas un ejemplo de la vanidad de los hombres.

Se tiene certeza de que el primer constructor de pirámides en Egipto fue el legendario Imhotep, el ingeniero mas grande de su época, muy superior a Dédalo, autor del laberinto de Creta donde seria encerrado el Toro de Minos.

1 comentario:

Cultura Egipcia dijo...

profesora olvide colocar el nombre de la pagina donde encontre esta información asi que aqui se la escribo www.momias.net.
adios