viernes, 8 de junio de 2007



La sociedad egipcia manifiesta un elevado grado de jerarquización y dependencia, ocupando el escalón más elevado el faraón y el más bajo, los esclavos.El esclavo se podía dedicar a todo tipo de trabajos, agrícolas o domésticos, y su sueño tenía poder para venderlo, cederlo o alquilarlo. Un poco por encima de éstos, nos encontramos a los sirvientes, que a cambio de una pequeña retribución realizaban todo tipo de trabajos, considerándose personas libres pero dependientes de su señor.Por arriba, los campesinos, entre los que distinguimos a los braceros, que trabajaban para el faraón, un templo o un rico hacendado a cambio de un salario mínimo.
Los pequeños propietarios debían entregar la mayor parte de sus cosechas al Estado o los templos en calidad de tributos, viéndose obligados a realizar los trabajos públicos necesarios a cambio de la manutención.En la clase social intermedia nos encontramos con los artesanos, que en su mayoría vivían en las ciudades. También estaban obligados a realizar los trabajos comunitarios pero podían pagar a alguien para que los sustituyera. Entre las élites de la sociedad estaban los miembros de la administración, donde había diferentes cargos.
La familia en la sociedad egipcia estaba basada en el matrimonio, que debía realizarse pronto ya que fundar una familia era de gran importancia. La edad adecuada para ese matrimonio era de 20 años para el hombre y entre 15 y 18 para la mujer. Estos enlaces solían ser concertados entre los miembros de la familia, y siempre dentro de la misma clase social.
El requisito imprescindible para llevar a a cabo una boda era el permiso del padre.Concertado el matrimonio, se procedía a la redacción de un contrato en el que se incluían las aportaciones y los derechos de ambos cónyuges, en términos de igualdad. Para la celebración del matrimonio no era necesaria ninguna ceremonia. El adulterio podía ser castigado hasta con la muerte, especialmente si la adúltera era la mujer. Pero, según los textos que nos han quedado, la sociedad egipcia no era excesivamente machista.Existía el divorcio al ser una de las partes repudiada, lo que motivaba el abandono del hogar por parte de uno de los cónyuges, generalmente la mujer. El marido debía mantener a la ex-esposa. El principal objetivo del matrimonio era la procreación con tal de asegurar el linaje y un decoroso entierro para los padres. Durante los tres primeros años de vida del hijo, éste sería amamantado por su madre.El que solía dirigir el proceso educativo era el padre, enseñando al hijo el oficio familiar en el taller o la tienda.

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